Ha apuntado Dani en su diario que mamá ha muerto. A buen seguro que a ella no le hubiera gustado verlo llorar sin consuelo.Pero las lágrimas cayéndole sobre los folios manuscritos cada día, le traen a la memoria el rostro sereno de ella, a la luz de las primeras estrellas de la noche.
Dani se sabe ya solo, y el único consuelo lo siente al llorar, escrutando ese retrato confuso que le provocan las lágrimas estalladas en el papel.
(Primer concurso de microrelato "La nave fue y volvió").
No hay comentarios:
Publicar un comentario