Querido José Luis.
Vaya por delante mi respeto, José Luis, por la compleja tarea que te ha tocado en estos tiempos. Reconozco que no debe ser fácil administrar una sociedad enferma como la nuestra. Pero dicho esto, debes saber que no comparto contigo algunas cosas en tu forma de hacer: ni en las formas ni en el fondo.
Y sobre todo debes saber que ya no me fío de ti.
Me parece lamentable que actúes al dictado del FMI y de las Comisiones Europeas correspondientes a la hora de tomar decisiones de corte económico.

Y sobre todo, me preocupa muchísimo que hayas firmado una política con la que garantizas que mi hija va a tener una vida peor que yo en los años venideros. ¿Pero tú de qué vas?.
Solo un apunte para finalizar. Me gustaría que me dijeras que cada vez que sale en la tele el señor Martín Ferrand la apagas. No, no me malinterpretes, no tengo nada contra la persona de este señor; es simplemente que me cuesta verle predicando en público, y haciendo casi, casi, dogma de fe todo lo que dice; y tú haciéndole caso embobado. Así nos va como nos va. ¿Es que no te das cuenta que le han quebrado empresas por, como dirían en México, puritita mala gestión?.
Por favor, por favor, querido José Luis, cuando te diga que abaratando el despido se crearán mas puestos de trabajo, de verdad, de verdad no le creas. ¿Es que no ves que se está muriendo de la risa?.
Un abrazo.
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