domingo, 10 de octubre de 2010

El leño y la carcoma


-¿Por qué taladras con tanto empeño
  mi pobre cuerpo?-decía el leño.
-De mis entrañas no has de salirte-
-He de seguirte.-
-¿Y harás durables mis penas fieras?.
-Hasta que mueras-.
-Dime. ¿Quién eres, huésped tirano,
 que ningún ruego tu saña doma?.-
-Soy un gusano,
 soy la carcoma-.
-¿Por qué me roe tu agudo diente?-.
 Clamaba a voces un delincuente-.
-Deja mi alma gusano horrible-.
-No, no es posible-.
-¿Y esa tortura, cruel y homicida,
 ¿durará mucho?...-
                             -Toda tu vida-.
-¿Quién eres, dime, que así te plugo
  ser el martirio de mi existencia?-.
        -Soy tu verdugo;
         soy la conciencia-.



(Ha aparecido este librito, entre otros muchos conseguidos en una librería de viejo, editado en 1904 que me parece digno de mostrároslo aquí. Está firmado por Felipe Jacinto Sala, con ilustraciones de Julián Flinzer).

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